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El valor de un centavo


En El Salvador, el dolar circula como moneda oficial desde el año 2001, desde entonces se ha debatido bastante sobre los pros y los contras de esta decisión, así como de la forma en que se llevo a cabo, en este espacio quisiera tocar un punto que no ha sido muy abordado en estos debates, probablemente debido a que su prioridad palidece en comparación con otros temas que se discuten a partir de la dolarización (como por ejemplo que si el colón debe ser restaurado como moneda de oficial), el tema al que me refiero es: Los centavos de dólar.

Para tener una mejor idea de la situación cabe mencionar que al inicio del proceso de dolarización se tuvo que convertir todos los precios en colones a su equivalente en dólares (tomando como base que 1 dólar = 8.75 colones), lo cual ocasionó que muchas cantidades tuviesen que ser redondeadas, lo cual matemáticamente no es problema (hay criterios definidos y claros), las dificultades surgieron al momento de tener que aproximar una cantidad "hacia abajo", un ejemplo claro de esto fue el pasaje de autobús, el cual, antes de la dolarización era de 1.50 de colón, cantidad que al ser convertida en dolares da como resultado 0.1714285 (hay más decimales pero con 7 se tiene una buena idea), este valor, al ser redondeado de acuerdo con las reglas matemáticas da como resultado 0.17 (dejando 0.0014285 de dólar "en el aire"), los empresarios del transporte publico rápidamente solicitaron que la aproximación fuese hecha a 20 centavos para "facilitar las cosas" (a ningún empresario le gusta perder dinero), después de muchas discusiones se autorizó la propuesta de los empresarios (la dolarización, de entrada había elevado el costo del transporte público). 


El de los pasajes fue una de las discusiones más acaloradas en relación al tema de las aproximaciones y demuestra la importancia que pueden llegar a tener los centavos de dólar. Ahora bien, un tema que ha quedado al criterio de los usuarios es como manejar los centavos que se reciben como vuelto (por ejemplo, al efectuar compras en efectivo), probablemente debido a su poco valor y a su pequeño tamaño, en la mayoría de los casos terminan por ser extraviados (en la calle, en los bolsillos de los pantalones, en las mesas de noche, etc.), a manera de experimento me he dado a la tarea de poner todos los centavos que recibo como vuelto (o que me encuentro en la casa) en un estuche vacío de desodorante que tiene forma cilíndrica (de aproximadamente 30 centímetros de alto y 5 de radio) después de un par de meses ya lo tengo lleno casi a la mitad y ahora me veo ante la interrogante: ¿Qué hacer con tanto centavo?, en mis ratos libres he meditado sobre este dilema y he encontrado algunas alternativas que a continuación comparto para quienes tengan la misma inquietud que yo:

1- Devolver los centavos en la forma en que llegaron, esto es, utilizarlos para realizar pagos en efectivo, como por ejemplo en la tienda o para pagar los recibos de agua, luz, teléfono, etc, ahora que esto último implica ir al cajero sacar el valor del recibo para después ir a la compañía respectiva y hacer la cola (si hubiere) para hacer el pago.

2- Llevar los centavos al banco para cambiarlos por billetes o depositarlos, aquí la complicación es un poco diferente, ya que no sólo habría que ir a una sucursal y hacer la cola respectiva sino que hay que esperar a que el cajero haga las cuentas respectivas (asumiendo que encontremos un cajero que acceda a realizar dicha transacción).

3- Iniciar una colección de centavos de dólar y ver como crece con el tiempo, aquí se corre el riesgo de entrar en el "glamoroso" mundo de los acumuladores compulsivos.

4- Utilizarlos para realizar manualidades y adornar con ella nuestra casa o venderlas (recuperando al menos una parte del valor de los centavos utilizados), por ejemplo se pueden pegar a un florero y después pintarlo de "dorado" o de cualquier otro color (recordemos que algunos centavos llegan a parecer estar hechos de carbón por la cantidad de suciedad que acumulan).

5- Llevarlos a un negocio que necesite tener cambio (por ejemplo, un restaurante) y pedirle de favor al cajero que los cambie por billetes (o monedas de mayor valor), al igual que en el caso del banco, dependerá de la disposición del cajero.

6- Esperar a que llegue la época de la Teletón (o elegir alguna otra obra de caridad) y donarlos, así se matan dos pájaros de un tiro: Se hace una obra de bien y se evita la acumulación de monedas (además del hecho de que las donaciones son deducibles de impuestos), para quien piense que es muy poco el dinero que se donaría, se puede hablar con familiares y amigos para incrementar la cantidad de centavos y por ende la donación (y la subsecuente deducción de impuestos).

7- Opción para románticos: Ir a una fuente y pedir algunos deseos, nada mejor que materializar nuestros deseos a cambio un precio tan bajo como un centavo.

8- Poner todos los centavos recibidos en un tazón al alcance de todos los miembros de la familia para que cada quien pueda tomar los que vaya necesitando (por ejemplo para ir a la tienda, completar el dinero de un pago, etc).

9- Utilizarlos como relleno de pisapapeles o topes de puerta.

10- Ponerlos en el frasco de propinas de los restaurantes que tienen uno (preferiblemente junto con algunas monedas de otra denominación), especialmente si es un restaurante al que acudimos con regularidad, ya que nos ayudará a establecer una buena relación con el personal del mismo (lo cual se traducirá en un mejor servicio para nosotros).

Estas son 10 alternativas para darle un uso a los centavos de dólar (y evitar que terminen rodando por los rincones de la casa), en lo personal me inclino por la primer opción, pero lo importante es que quienes tengan la misma inquietud puedan utilizar la que mejor se adapte a sus necesidades, hay que recordar que el dinero no lo regalan por lo que hay que cuidar cada centavo.

No es país para lectores


Actualmente estoy leyendo el primer volumen de los cuentos de Cortazar y el otro día se me acercó un señor, quien, al ver el libro (a mi me gusta llevarlo conmigo para leer cuando tengo un poco de tiempo) me preguntó si ya había leído "Rayuela", yo le dije que todavía no, él me dijo que ese libro y su autor son de izquierda y que sus ideas ya habían quedado desfasadas, yo no entre en polémica (no valía la pena puesto que no he leído Rayuela), sin embargo, sobre el comentario del señor vale la pena mencionar:

1- Aunque respeto la opinión que cada quien tiene sobre un libro en particular, yo prefiero formar mis propias opiniones en base a la lectura del mismo y no a partir de comentarios de personas que ni siquiera me consta que hayan leído el libro del cual opinan.

2- En mi opinión, una invitación a no leer o dejar de hacerlo es una invitación a la que prefiero no prestar atención.

3- Para quienes leen este blog alrededor del mundo, en mi país, durante los años 80, era prohibido leer libros de filosofía o sociología (como por ej. a Marx) a tal grado que conseguir una copia de los mismos era casi como conseguir una copia de la propia acta de defunción ya que era casi seguro que uno desapareciera al poco tiempo de haberlos obtenido, es por eso (en parte) que considero que ha quedado arraigada en la conciencia colectiva que hay libros "peligrosos" que no deben ser leídos, afortunadamente en estos días ya no es una sentencia de muerte, sin embargo, el estigma aun no desaparece del todo...

4- Aunque existan libros con opiniones contrarias a las nuestras, es solamente a través de una lectura detallada y objetiva de los mismos que podremos rebatir o confirmar sus argumentos, caso contrario corremos el riesgo de repetir errores históricos como la quema de libros en Berlín (1933) o en Argentina (1976), para citar solamente un par de ejemplos.

Para finalizar, deseo exteriorizar que espero que no llegue el día en que en las calles de mi país aparezca un rotulo como el siguiente:


Un café con sudoku

 
Él es tan exacto en su horario que cuando en la panadería de aquel centro comercial lo ven llegar automáticamente saben que ya son las 3:00 P.M. en punto, nunca parece tener prisa, cuando hay clientes él espera a que las encargadas terminen de atenderlos a todos, en ocasiones alguna le pregunta qué va a ordenar antes que él se anime a pedir algo, un café, les contesta él de forma clara y pausada, él prefiere articularlo con claridad antes que gritarlo, no hay necesidad para gritar, él odia gritar, lo pone nervioso, así que lo evita tanto como puede; cuando le preguntan si va a querer algo más con su café él siempre contesta que no, él prefiere acompañar su café con un buen juego de sudoku, ese juego parecido al equis-cero en el que el jugador tiene que ordenar 9 grupos de 9 números en 81 casillas sin repetir número ni en las filas ni en las columnas ni en los nueve sectores de 9 cuadros, esto tiene perfecta lógica para él, con el café despierta su mente y con el sudoku la ejercita, es una fortuna que ha logrado descargar una versión gratuita del juego en su celular, así podía jugarlo en sus tiempos libres y acompañar su café con una buena partida de sudoku.

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Después de pagar lleva su café a la mesa, le hecha el azúcar y mientras se enfría un poco él comienza su partida, a veces se trata de un juego nuevo y otras es una partida ya comenzada (bendita tecnología), lo divertido es encontrar la mejor jugada posible analizando los números que ya estaban en el tablero para no repetirlos en filas, columnas o sectores, cuando el numero que buscaba no viene inmediatamente a su mente se distrae removiendo el café y viendo pasar el mundo, ya que la panadería esta localizada justo a la entrada del centro comercial, tiene oportunidad de ver a las personas que entran o salen: Parejas, amigas, amigos, familias, hombres y mujeres por igual, todos tienen algo que hacer o han hecho algo en aquel centro comercial, aunque solo fuese ir a ver cosas que no pueden tener, pero eso era algo que a él no le preocupa, mientras saborea su taza de café puede sentir como su mente se va aclarando y al retomar su juego pone a prueba esa lucidez, él siempre ha considerado que aquel que domine los números tiene el mundo a sus pies (como Isaac Newton).


Su técnica para el sudoku es muy simple: seleccionar una casilla y evaluar que numero puede ser colocado ahí sin que se repita en fila, columna y sector, si tan solo la vida fuera tan sencilla, seleccionar una oportunidad y evaluarla para decidir el numero que debe ser jugado, pero si fuera tan sencillo, no habría merito en alcanzar nuestras metas, afortunadamente (piensa él) las personas siempre pueden ejercitar su mente, como por ejemplo, jugando sudoku, para mejorar las decisiones que toman en su vida y si es con una taza de café es mucho mejor, lo único que lo haría mejor para él sería poder compartirlo con una pareja, pero lo más probable es que si tuviera una pareja no estaría en el centro comercial tomando café y jugando sudoku a las tres de la tarde, pero las cosas son como son y todavía no es momento de ese numero, por lo que lo mejor es disfrutar estar ahí con su café en la mesa y el sudoku en la mano, tal vez escriba sobre ello en su blog...

NOTAS:

1-Si les gustó esta historia, tal vez les guste esta otra.

2-Si necesitan ayuda con sus clases de matemática o física, clic aquí.