Cuando la canícula nos este atropellando
con un sonoro tintinear nos irá salvando,
con él se disfruta un momento placentero
por eso, esperado siempre será el paletero.
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Su tienda rodante ha sido muy bien surtida
con mercancía muy valiosa, cual diamante,
la procura con afán a su publico agonizante
en paquetes congelados les entrega su vida.
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Hábil artesano de barquillos y sombrillas
llevas en carretón las heladas maravillas
que al desierto convierten en sutil placer.
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Nuestra fresca esperanza vemos renacer,
el astro solar ya no podrá a nadie torturar
pues a tu iglú todos pueden siempre entrar.
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