En lo que se refiere a mascotas, el mundo esta dividido en dos grandes grupos: Los amantes de los perros y los amantes de los gatos, yo soy parte del segundo (aclaro que sólo soy un entusiasta, no un fanático); a lo largo de los años he tenido varios ejemplares felinos, aunque por lo general he tenido un solo gato a la vez, actualmente (por cosas del destino) he adoptado un par: Un gato de angora blanco y uno siamés, como los de las fotografías:
Después de algunos días se hizo evidente que mis "hijos adoptivos" son particularmente traviesos, por ejemplo, ambos tienen una extraña fascinación por subirse a la computadora (un día encontré a uno durmiendo en el teclado de la misma), por lo cual investigué un poco en linea y descubrí que las dos razas son sumamente cariñosas e igual de curiosas e inteligentes, lo cual también explica por qué el gato blanco tiene la extraña costumbre de meterse en el colchón de mi cama, para ello, literalmente abrió con sus garras un hoyo en la base del mismo para poder "explorar" entre sus resortes, y, dicho sea de paso, él considera que cualquier hora del día es buena para explorar, razón por la cual tengo que asegurarme que no entre a mi cuarto de noche (aunque ya ha logrado escabullirse en un par de ocasiones).
Pero travesuras a parte, mis protegidos son excelentes amigos y compañeros, por ejemplo, el siamés se ha venido a acostar en mi regazo mientras escribía esta entrada, al principio me pidió que lo subiera (maullando) pero como no le presté atención por estar escribiendo, decidió subirse por su cuenta, clavándome las uñas en el proceso (pero sin sacarme sangre), pero no importa, después de años de tener gatos se que eso es parte del paquete.
Para finalizar esta entrada, como testimonio de la elegancia felina, deseo compartir con ustedes esta imagen de la película "El padrino" en la que Marlon Brando sostiene a un gato.