Nota: Agradecemos a Ricardo Eduardo Fuentes López su fina gentileza de permitirnos publicar este artículo.
Tecnología
Es de noche y estoy sentado frente a mi mesa de estudio. Tengo encendida mí laptop Sony VAIO que uso para escribir artículos y navegar plácidamente en la red, además degusto un mango de temporada con todas sus esplendidas cualidades: grande, amarillo y de buen gusto. Para rebanarlo (al mango) uso un simple cuchillo de cocina, esto mientras leo entretenido algunos comentarios de amigos en Canadá desde mi cuenta de Facebook. Los minutos rápidamente pasan y disfruto de ambos, del mango y de la red. En un momento de intelección considero lo siguiente ¿qué tiene de común o parecido el cuchillo con la famosa red social? Sí, con la red social no con el mango.
A simple vista estos instrumentos, uno para cortar y el otro para comunicarse tienen muy poco en común, pero las cosas no siempre son como parecen, y a través de esta pequeña nota intentaré demostrar que el cuchillo y la red social más amplia y visitada de todos los tiempos, tienen más similitudes de las que imaginamos.
Comenzaremos diciendo que la primera semejanza encontrada entre ambos es pertenecer a un tipo de invocación provocada por la mente humana a la que llamamos “Tecnología”. Según la Real Academia de la Lengua Española la palabra “tecnología” tiene varios significados homónimos. Aquí algunos de ellos: Tecnología. (Del gr. τεχνολογία, de τεχνολόγος, de τέχνη, arte, y λόγος, tratado). f. Conjunto de teorías y de técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico. || 2. Tratado de los términos técnicos. || 3. Lenguaje propio de una ciencia o de un arte. || 4. Conjunto de los instrumentos y procedimientos industriales de un determinado sector o producto.
De una manera fácil podemos deducir que “tecnología” es el fruto de aquel proceso mental en el cual el hombre utiliza los recursos que tiene a su disposición para transformarlos en ciencia, maquinas, medicinas, aparatos modernos y cualquier otro tipo de invento que sirva para “mejorar la calidad de vida de la especia humana”. Tecnología en resumidas cuentas es poner nuestro cerebro en acción con el fin de descubrir o inventar algo que nos proporcione bienestar, placer, seguridad, protección, etc.
El cuchillo de mesa
Desde tiempos muy remotos, nuestros ancestros, los primeros hombres que caminaron erguidos sobre la tierra ya procuraban de una manera que entendemos rudimentaria, el mejoramiento de la calidad de vida y el cuchillo es prueba fehaciente de eso. El hombre primitivo vivía principalmente de la caza, la cual fue mucho antes de la siembra y el sedentarismo, y eran nómadas, esto nos indica que no habitaban mucho tiempo en una tierra en específico, sino que migraban muchas veces y a muchos lados, siendo el mismo ritmo migratoria de los animales grandes, los que cazaban con gran dificultad, los indicadores a seguir, ya que estos les proporcionaban la carne para el alimento y pieles para la vestimenta.
Es difícil cazar un animal grande, destazarlo y retirar la piel solo con las manos y eso es justamente lo que antes hacían, teniendo en cuenta que el hombre nunca tuvo garras como los felinos quienes las usan hasta hoy en día para tales fines. Tan grande fue el aprieto de la tarea específica que aquel cerebro primitivo se vio obligado a aprovechar los materiales que le rodeaban para diseñar una herramienta que le facilitara tal labor. Sabemos ahora por los extensos estudios de antropología que los primeros cuchillos no era más que piedras filosas. Estas piedras puntiagudas han sido encontradas en la parte superior de lanzas o en fechas utilizadas para alcanzar a los animales de lejos y penetrar sus gruesas pieles y además para protegerse de felinos y otros depredadores. Las mismas también servían para desgarrar la piel y quebrar los huesos de las víctimas que luego consumían por ser fuentes de nutrientes y grasas.
Con el tiempo y la llegada de la era moderna el uso del cuchillo se fue perfeccionando y se descubrieron otros materiales más resistentes para su elaboración. Además fueron tomando formas estilizadas que les permitieron ser más versátiles, filosos y de menor peso. Hoy en día encontramos en las cocinas de famosos restaurantes en New York, Hong Kong o Paris cuchillos incluso de titanio, siendo estos muy resistentes y de poco peso. Por lo demás diremos que el cuchillo común y corriente que usamos la gran mayoría de personas es de acero inoxidable y es parte fundamental en las cocinas de nuestras casas.
Una red social extraordinaria
Por otro lado entendemos que Facebook también es una tecnología, pero no primaria sino de avanzada. Facebook es una plataforma digital que permite a cientos de millones de personas comunicarse a través del mundo entero desde un ordenador. A un joven de estos tiempos la definición que acabo de dar le parecía poco relevante, pero hasta hace menos de unos 60 o 75 años esto era totalmente imposible. Comunicar dos o más personas alrededor del mundo sin necesidad de verse en un punto de encuentro físico era sumamente difícil, pero los avances tecnológicos fueron resolviendo estos problemas. La aviación, la industria del automotor, los trenes, el celular, la Internet y las redes sociales en poco tiempo han hecho esto posible ¡y de qué manera!
El caso específico de Facebook es digno de admirar, una singularidad. Facebook se abrió paso sobre otras redes sociales existentes de la noche a la mañana y se trasformó en un gigante de la comunicación social.
Sabiendo utilizar todas las magníficas aplicaciones de la plataforma, un usuario puede sin cancelar un cinco adicional al pago de los servicios de internet, compartir fotos, comunicarse con sus amistades cercanas y lejanas, escribir notas, compartir noticas, jugar en comunidad, oír música, ver videos y otros. Todos estos beneficios los recibimos con el simple hecho de abrir una cuenta en Facebook y vincularse con una red de amistades. Si traducimos la palabra Facebook al español nos da la singular frase: “El Libro de los Rostros”. Cosa interesante, ya que cómo red social la función primordial es la de comunicar a las personas no importando el lugar donde se encuentren.
Su diseñador Mark Zuckerberg, un joven estudiante de la universidad de Harvard (2003), ha declarado que para el 2013 Facebook tendrá aproximadamente mil millones de usuarios, lo que implicaría que uno de cada doce habitantes del mundo tenga una cuenta activa. Estoy seguro que Mark jamás soñó en los alcances de su propia red social, y mucho menos en la millonaria inversión que cambiaría su vida y la de muchos que harían de ella parte de su manera de vivir. La película Red Social, basada en la fundación de Facebook nos muestra todas las excentricidades de este nuevo grupo de jóvenes millonarios.
Una analogía simple
Como vemos, al igual que el cuchillo, la red social Facebook es un instrumento útil que mejora la calidad de vida de sus usuarios y nos permite realizar “cosas” dentro del mundo virtual que hace pocas décadas solo existían en los sueños de los más visionarios. Los dos, el cuchillo como Facebook son tecnologías que mejoran nuestra vida y la hacen más fácil y productiva. Ellas surgieron de necesidades humanas y de mentes ingeniosas que no duermen, además hoy en día son parte casi imprescindible en nuestra vida cotidiana.
Lamentablemente no siempre hay buenas noticias. Recordemos que toda cosa que el hombre diseña puede tener un rostro oscuro y un mal uso; y aunque parezca difícil seguir poniendo similitudes entre el cuchillo y Facebook, la posibilidad de ser usadas para lo que NO conviene las equipara asombrosamente.
Mi madre siempre me dijo: No juegues con los cuchillos que te puedes lastimar. Y sin duda tiene mucha razón. Medito en un momento de inspiración: El mismo cuchillo que una abuela usa para cortar la comida y hacer los alimentos de la casa, puede ser mal utilizado por su nieto; un joven rebelde miembro de pandillas que lo usa para matar personas, salir a robar por las noches, extorsionar en los mercados, abrir puertas y asaltar en los buses. En nuestro país (El Salvador) la segunda arma utilizada en muertes violentas (la primera es el arma de fuego) es la denominada por las autoridades “arma blanca” que son los cuchillos, las navajas, las punta de gallo, los yataganes, los cortos, etc. Por lo tanto podemos deducir que una tecnología fundamentalmente buena también puede ser usada para lo malo. Por otro lado el mismo Zuckerberg ha dicho que un 20% de los perfiles de Facebook podrían ser falsos y utilizados para fines delictivos u oscuros. Por lo cual recomienda supervisión y control estricto en la información privada que subimos a la red.
Mi madre también me dijo: “Las redes sociales no me perecen buenas, pues los jóvenes son incautos y pueden caer fácilmente en la trampa de gente aprovechada”. Al mismo tiempo que me regañaba por usar Facebook, me recordó sobre el lamentable caso de la joven Stefany Arias estudiante universitaria que fue presuntamente asesina por miembros de la familia Bobadilla, a la cual pertenece su ex novio (y presunto cómplice del crimen) y que según sugieren algunos medios de comunicación y familiares de la víctima lo conoció en Facebook. Esto le respondí: “Madre, tienes razón en algo, las redes sociales pueden ser peligrosas, si no hay una adecuada supervisión de los padres, y aun los adultos pueden caer en la trampa de usar la red social para fines no muy morales, pero no por eso dejan de ser tan útiles y parte necesaria de la vida moderna, por lo tanto no podemos culpar a las tecnologías por las malas decisiones y usos que algunos hacen de ellas. Ese error es tan absurdo como desprestigiar a Albert Einstein, físico matemático nacido en Alemania de origen judío por el hecho de que los conocimientos que nos dejó como legado sirvieron después para diseñar la bomba atómica”.
Es por eso el cerebro humano la tecnología más sofisticada de todas, pues es la única herramienta que puede distinguir entre lo bueno y lo malo, entre la moral y la injusticia, entre procurar el bien a los demás o nuestra propia destrucción.
Lo único que lamento a esta alta hora de la noche finalizado el artículo, es que del delicioso mango solo queda la semilla chupada, y la temporada de fruta está por finalizar.
Ricardo Fuentes
Escritor salvadoreño