Búsqueda personalizada

Renacer

Renacer   
Llego el dia, mi abuela y mi tio
tu hermano gemelo esperan
a la gloria ellos te conduciran
solo intenta resistir un poco
este viaje por fin termino
tu cuerpo y la tierra se uniran
y tu espiritu al cielo ya subira
ve con Dios no esperes mas
nosotros estaremos bien
te alcanzaremos sin demora
cuando llegue nuestro renacer.

Un poema para mi padre

La despedida

Ha llegado el momento de despedirnos
la enfermedad ha prohibido abrazarnos
pero tu espiritu siempre fue indomable
anoche mi tercer ojo te vio levantarte
tu lecho dejaste y hacia mi caminaste
en tu rostro vi tristeza por la vida dejar
las palabras no encontraron un lugar
a cambio algunas lagrimas agridulces
mientras nuestros brazos se cruzaban
y tratabamos de alargar el momento
para la triste despedida poder perpetuar

     *

Para finalizar no deseo decir adios
el adios ahuyenta al mal querido
en su lugar prefiero darte gracias
gracias por mi infancia alegrar
gracias por mi camino guiar
gracias por protegerme
gracias por ser mi padre.

Llamadas que cambian el rumbo de nuestras vidas


Cuando uno esta buscando empleo, todo puede suceder, uno puede terminar en cualquiera de los extremos de la escala corporativa (como empleado o como jefe), iniciar un negocio propio o entrar al negocio de la familia, como en mi caso, y es que hace 5 meses, en noviembre del año pasado, cuando yo tenia ya 7 meses de estar en busca de un nuevo empleo sin mucho éxito, recibí una llamada telefónica de mi hermano, quien procede a preguntarme:

¿Que ondas? ¿ Todavía no tenes trabajo? 

Mi respuesta fue negativa, por lo que acto seguido recibo una oferta que no podía rechazar (como en la película "El Padrino"):


Llega el lunes al estudio, necesito que me ayudes medio tiempo por las tardes

Ante tan tentadora oferta procedo a aceptar, aunque no sin cierta duda, ya que iniciar actividades en un área de la que conozco tanto como de física nuclear no puede ser menos que uno de los mayores retos a los que me he enfrentado como profesional. Así, el siguiente lunes por la tarde estaba comenzando mi nueva vida laboral en el estudio de grabaciones fundado por mi hermano hace ya casi 20 años. Para aquellos que no estén familiarizados con el concepto, un estudio de grabaciones es el lugar donde van las personas que necesitan grabar un audio, como por ejemplo una canción, una pista de sonido para una película, un documental o un comercial, etc. Un estudio de grabaciones esta formado al menos por un cuarto a prueba de sonido en donde se graba al artista que canta una canción o dice sus diálogos y otro cuarto en donde se procesa ese sonido, el estudio de grabaciones de mi hermano (maquinas más/máquinas menos) luce algo así:


Ahora bien, un día, mientras estábamos sumamente ocupados con una grabación, suena el celular de mi hermano, quien procede a revisar quien es la persona que necesita hablar con él, pero la pantalla del teléfono solamente mostraba un número y no el nombre de la persona que estaba llamando (es decir, el número no estaba registrado en la memoria del teléfono), por lo que decide no contestarlo (como mencioné anteriormente, ese día en particular estábamos super ocupados), no obstante el aparato estaba decidido a no dejar de sonar hasta ser atendido, mi hermano, a regañadientes, finalmente sede y lo contesta, la sorpresa no podría haber sido mayor aun si el presidente se encontrara al otro lado de la linea: resulta que la persona que con tanta insistencia había hecho sonar el teléfono era de la embajada norteamericana y el motivo de su llamada era para notificarle que los papeles de su residencia estaban listos y necesitaban saber a donde se los podían ir a entregar, mi hermano con toda la calma que le fue posible reunir después de recibir una noticia así, procede a indicar a la persona al otro lado de la linea, la dirección de su casa y al colgar procede a asimilar lo que acababa de suceder y a llamar a todos los familiares y amigos para darles la buena noticia.


 La llamada, sin duda, cambiaba todo el panorama inmediato, ahora surgían las siguientes preguntas: ¿Qué iba a hacer al llegar allá? ¿Cómo iba a hacer para salir adelante con su familia? ¿Donde iban a vivir? ¿Que iba a suceder con su negocio?

Continuara...


La petición


Un popular comediante salvadoreño solía decir que: "Uno de cipote es tonto", que es otra forma de decir que durante la juventud la falta de experiencia en la vida se combina con la impulsividad y da como resultado acciones que con el tiempo uno se ve obligado a reír de haber tenido la "audacia" para realizar. En ese sentido, espero que la presente historia (acontecida durante mi adolescencia) sirva como un testimonio del valor y arrojo demostrado por un noble caballero de triste figura (los cambios hormonales de la adolescencia fueron todo menos benévolos con mi apariencia) en la búsqueda de probar su valía a su bien amada.

Corría el tercer mes del cuarto año de la década de los 90, toda la comarca de estudiantes de una de las instituciones académicas más respetadas del reino estaba entregada a celebrar el natalicio del patrono que presta su nombre a la misma, las doncellas estaban localizadas por todos los alrededores de la institución de acuerdo a sus intereses, algunas veían a los trovadores, otras veían las competencias de destreza y habilidad en las que los competidores disputaban el dominio de un objeto esferico utilizando ya sea sus manos o sus pies, corriendo de un lado a otro de los recintos rectangulares asignados para tales encuentros, la Dulcinea de nuestro Don Quijote (es decir, yo) se encontraba precisamente entre las que disfrutaban de estas contiendas.

Yo me encontraba a una distancia prudencial de ella tratando de reunir el valor necesario para llevar a cabo la empresa: Comenzar una relación, solicitandole a mi amada la promesa de ser el único habitante de la morada en su corazón (en términos adolescentes, le iba a pedir que fuese mi novia), revelar mis sentimientos e intenciones no seria más difícil aun si tuviera que atravesar un lago con cocodrilos hambrientos, vencer a un temible dragón para después subir a la torre mas alta con tal de poder hablar con mi amor; que dilema, en esta fecha tan importante en el que el mundo conocería a los nuevos Romeo y Julieta (ellos también eran adolescentes), un poco de pánico escénico no podía arruinar mis planes.

Finalmente tomé la decisión, lo mejor era actuar de una vez, el tiempo es precioso y no estaba dispuesto a desperdiciarlo, después de todo era un día de celebración y las cosas no podían salir mal, hasta el momento habíamos sido los mejores amigos y en un momento estaríamos sellando con un beso el inicio de nuestra relación de novios. Respiro profundo e inicio la marcha con un paso ligero y determinado (así como un caballero hacia que su caballo se parara en sus patas traseras antes de entrar en batalla), libro de atropellar a uno, dos, tres adolescentes descuidados que en medio de sus alegría y sin ningún tipo de cuidado se atravesaban en mi camino, luego una bruja me lanza una amenaza y me invita a conocer su casa embrujada: "Nadie saldrá con vida de la casa embrujada, venga a comprobarlo, JA JA JA", acelero el paso y me alejo de ella, para un caballero andante es un placer acabar con el mal donde quiera que este se encuentre pero por el momento toda mi concentración estaba puesta en cumplir mi misión: Pedir su mano al amor de mi vida.

Luego de lo que pareció un camino sin final, llego a sus pies (porque estaba subida en una tarima donde podía ver mejor el partido) le digo que necesito hablar con ella, con una sonrisa me dice: "Claro, ayúdame a bajar", al tiempo que me da la mano y con un pequeño salto aterriza a la par de donde me encuentro, le pido que nos alejemos un poco por los gritos del partido, cuando nos alejamos un poco, con una voz angelical que dejaba ver que realmente no tenia idea de lo que hacíamos ahí, me dice:

"De qué querías que habláramos?" 

Este era el momento de la verdad, el momento que recordaríamos durante el brindis de nuestra boda algunos años después; como un actor a punto de iniciar un monologo en una noche de estreno, siento como si el publico se quedara repentinamente en silencio, el reflector esta sobre mi y yo estoy frente al micrófono, si tardo mucho en iniciar el publico se impacientara, si lo hago muy rápido nadie entenderá lo que estoy diciendo, respiro profundo, mi boca se empieza a abrir con la misma velocidad que la puerta de la bóveda de un banco: 

Esteee, me preguntaba siii, siii le gustaría ser miiii, miiiii...novia? 

Para el segundo "miiiii" pude notar que ella ya había completado la frase en su mente e inconcientemente hizo una secuencia de rostros digna de la portada de un libro de terror: alegría-expectación-sorpresa-asombro-terror, pero para ese momento yo ya había saltado del avión y no podía dar marcha atrás, al terminar la pregunta vino uno de esos momentos de silencio que nunca presagian nada bueno, en ese momento todo parecía estar en cámara lenta, todos a nuestro alrededor habían quedado como congelados en el tiempo y como si tuviera un estetoscopio en mis orejas y la otra punta en mi pecho, comencé a escuchar los latidos de mi corazón: pum-pum, pum-pum, pum-pum, iba cada vez mas rápido, mi boca se puso seca en un instante y parecía que habia dejado de respirar, ella me miro un microsegundo y exclamo: "Ummmmm, que lindo, pero..." después del "pero" deje de escuchar, sin importar lo que dijera a partir de ese momento cualquier camino que tomara conduciría irremediablemente al "no", ahora era yo el que hacia la misma secuencia de rostros que ella había hecho hace un momento, al final logré arreglar la conexión oído-cerebro justo a tiempo para escucharla preguntar: "Estás bien?" asiento con la cabeza y me doy media vuelta para alejarme lo más posible de ahí, como un niño que intenta salir corriendo después que ha sido sorprendido haciendo una travesura (quien fuera Forrest Gump para correr sin detenerme hasta llegar al océano más próximo), ella en un intento por hacerme sentir mejor, me regala un beso y se va de regreso a su tarima a seguir viendo el partido, mientras yo dedico el resto del día a tratar de entender lo que acababa de suceder, sin mucho éxito.


Epílogo: Como Romeo y Julieta nuestra historia de amor no tuvo un final feliz (lo bueno es que no tuvimos que pagar el precio más alto), sin embargo, a pesar que las cosas entre nosotros no volvieron a ser igual, el recuerdo de ese día, las emociones sentidas y aquel beso inocente que marcó el final de una etapa y el comienzo de otra, son todos parte de una historia que compartiremos por el resto de nuestras vidas...

Nace una estrella (a star is born)


Este día tuve la oportunidad de encontrar un video que en el futuro seguramente sera conocido como el día en que Charlotte Jaconelli y Jonathan Antoine impactaron no solo a los jueces de "Britain´s Got Talent" sino también al publico presente ese día en el estudio y a todo aquel que ha tenido la oportunidad de ver el video a través de Internet.

Aunque la combinación de ambas voces logra el objetivo buscado (conquistar hasta el gusto  más  exigente) es el innegable talento de Jonathan Antoine el que se roba toda la atención, pero más allá de las inevitables comparaciones con grandes maestros como Pavarotti, hay otro elemento clave que lo hace destacar y no es el contraste entre el hecho de ser una persona tímida (como el mismo se describe) y sin embargo tener la capacidad de conquistar el escenario al comenzar a cantar, o el hecho de tener una voz agraciada en un cuerpo no tan agraciado físicamente, este elemento no es otro sino una gran humildad, comparable a la que solamente los grandes poseen, una sencillez que le lleva a rechazar la sugerencia de uno de los jueces de "botar" a su compañera, es probablemente la indignación por esta oferta de apuñalar por la espalda (y en televisión nacional) a quien es su apoyo en el escenario, lo que lo hace superar por un momento su timidez para salir en defensa de su amiga y compañera afirmando: "Hemos venido como dúo y seguiremos como tal".

Solo resta agradecer a Charlotte Jaconelli por ayudar a Jonathan a dar a conocer su talento, sin duda cuando ella tenga que dar cuentas de cual fue su contribución para hacer de este un mundo mejor, podrá decir que fue gracias a ella que una estrella pudo encontrar a su publico (y viceversa) alegrando la vida de millones de personas a través de la música.

El regalo perdido (por un tecnicismo legal)


En mi cuarto desde hace dos años esta en un rincón una enorme bolsa blanca conteniendo una caja de un tamaño proporcional que solo dejaba adivinar que fue un regalo por su empaque y un pedazo de listón que no lograba ser contenido por la bolsa y que se asomaba como tratando de convencerme de definir un destino diferente para ellos que acumular polvo.

El camino que condujo este regalo hasta su morada actual comenzó hace dos años (en mayo de 2010) cuando yo estaba viviendo una de las etapas más felices de mi vida, después que logre amarrar con mi ahora ex-novia, pero como con cualquier otro tipo de contrato (porque en el fondo el noviazgo es un tipo de contrato en el que dos personas eligen estar juntas de forma afectiva), hubiera sido bueno darle una buena leída a la letra pequeña porque una de las cláusulas era que sus papas no podían enterarse bajo ninguna circunstancia de nuestra relación, a lo cual yo accedí sin pensarlo.

Durante los primeros días de la relación, en una escapada sabatina a un centro comercial, un vendedor se nos acercó para ofrecernos una pintura hecha en un lienzo similar en tamaño a una hoja carta, como todo buen vendedor andaba un pequeño inventario del cual pudimos escoger el que más nos gustó, debido a nuestra cláusula de confidencialidad (lo cual, en retrospectiva debió disuadirme de hacer lo que relataré a continuación) yo obtuve la custodia del mencionado dibujo, pero en un arrebato de romanticismo en donde el cerebro dio un paso atrás y dejó que el corazón hiciera lo que mejor le pareciera, llevé a enmarcar el cuadro con la intención de regalárselo pero no se lo iba a regalar así como así, quise ser todo un buen novio y primero lo lleve a que lo envolvieran para regalo.

Teniendo todo preparado solo faltaba escoger el momento correcto, de preferencia en una cita en la que estuviéramos cerca de su casa (para que no le costara llevárselo), el dia llego, una cita en la que oficialmente (para sus padres) le iba a ayudar a estudiar matemática en un conocido restaurante ubicado en un centro comercial que esta frente a su casa, la cita transcurrió con normalidad pero cuando llegó el momento surgió un elemento no considerado: ¿Cómo darle la sorpresa? Al final, como todo un experto en el arte de la improvisación comencé mi dialogo: Mire, ¿Qué? hay algo que le quiero decir ¿Qué? ¿Qué quiere? ¿Qué hizo? Para ese momento había logrado que inadvertidamente camináramos hacia el baúl del auto y mientras ella hacia la ultima pregunta yo me gire, lo abrí como todo un experto y saque el regalo, a lo que ella dijo: !No puede ser! en su rostro se asomaron dos sentimientos tan opuestos como el día y la noche, la alegría de una novia que es sorprendida con un detalle y el de la hija preocupada por como va a justificar llegar a la casa con un regalo cuando el permiso otorgado era para ir a estudiar, al final predomino el segundo y fue exteriorizado con un:

No puedo llevarme este regalo, ud. sabe que no me gusta que gaste, además mis papas sabrían de inmediato lo que esta pasando, se lo agradezco pero se lo va a tener que llevar de regreso.

Todos los escenarios considerados en mi cabeza para el momento de entregarle el regalo terminaban con ella y yo dándonos un beso digno de la película mas romántica, el único que no considere fue el que se estaba presentando (y luego me pregunto porque no soy tan bueno en el ajedrez), no obstante, intenté realizar el final que tenia planeado originalmente (después de caído, en lugar de levantarme cavé más profundo), la respuesta fue categórica:

¿Cómo se le ocurre? Estamos frente a mi casa, todo mundo se va a enterar;

Con esto último el panorama estuvo claro, lo mejor era tomar todos los pedacitos de mi autoestima que me fuera posible y proceder a huir de la escena. 

Antes de irme, ella me preguntó por el contenido del regalo sorpresa, cuando le dije que era la pintura adquirida en aquel centro comercial fue como la cereza en el pastel:


Yo ya le había dicho que no puedo llevármela, en mi casa no saben de nosotros y no tienen que enterarse, etc.

Al llegar a mi casa puse el regalo en una esquina de mi cuarto y ahí ha estado desde entonces, testigo mudo de lo que comenzó como una buena idea pero que no generó los efectos esperados en la relación por no haber tomado en cuenta lo estipulado en las letras pequeñas del contrato.